Excavaciones y rastrillajes en buesca del cuerpo de Jorge Julio López en la estación de Pereyra Iraola
Después de la supuesta pista, el operativo continuó con expertos del Equipo Argentino de Antropología Forense, pero no aparecieron restos humanos. El abogado que llevó el dato fue citado a declarar, pero hasta ayer no se había presentado.
Por Adriana Meyer
Cada matorral, cada pozo, cada cisterna de la estación Pereyra del ferrocarril Roca fue revisado y analizado con la mayor tecnología existente en Argentina para la búsqueda de restos humanos, tras una nueva pista según la cual habrían arrojado en ese sitio, ubicado en el Parque Pereyra Iraola, en La Plata, el cadáver del desaparecido testigo Jorge Julio López. Pero hasta ahora el resultado fue negativo. El dato fue aportado por un abogado que acudió al Ministerio de Seguridad bonaerense con los dichos de un supuesto cliente suyo, a cambio de la reserva de su identidad y de la recompensa de un millón y medio de pesos prevista para quien aporte datos que conduzcan al hallazgo de López. El abogado fue citado a declarar por la Unidad Fiscal Especial de Derechos Humanos, pero aún no se presentó.
El fiscal Hernán Schapiro había admitido que la información aportada “es escueta” y “no muy precisa”. Agregó que “en la causa López hubo muchas denuncias similares y con todas se acudió a verificar”. Todo comenzó el martes con el anuncio del ministro bonaerense de Seguridad, Ricardo Casal, de que había nuevos datos sobre López, y la simultánea presencia del abogado Alejandro Sánchez Kalberma-tten en algunos medios. La fiscalía busca ahora que tome estado judicial el acta con apenas unos renglones que llegó desde el ministerio al expediente por la desaparición del testigo clave del juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz, y por eso necesita entrevistar al supuesto testigo. Según Kalbermatten, su cliente se habría enterado “por casualidad” de que a López lo enterraron en una zona nueva de la estación Pereyra, a partir de una filtración de la “interna de la Policía Bonaerense”. Los investigadores le pedirán precisiones al denunciante, y para eso convocaron a Kalbermatten. Hasta ayer el letrado no se había presentado, aunque prometió hacerlo hoy.
El fiscal, que permaneció durante todas las jornadas del operativo en la estación Pereyra, convocó “para trabajar como auxiliares al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)” que “científicamente son las máximas autoridades en la materia”. La Aduana proveyó además un equipo que detecta partículas humanas en el terreno. Descartada la existencia en la estación de las reformas edilicias de las que habla el acta, se extendió el perímetro “más allá de lo que la denuncia con toda su imprecisión indicaba”. Luego de la tarea de desmalezamiento, y tras establecer una decena de marcas en las que los georradares habían detectado remoción de tierra, los expertos del EAAF hicieron la mayoría de las excavaciones pero no aparecieron huesos humanos, sólo caños, una viga, un pedazo de ladrillo y otros elementos similares. Además, los bomberos vaciaron los profundos pozos ciegos y tanques cisterna aledaños a la estación, de donde sólo sacaron agua sucia, ramas y basura. Y los perros adiestrados aportados por la Policía Federal, de la comisión López que depende de la Brigada Antisecuestros, recorrieron las vías y todo el resto del predio, luego de haber olisqueado un pulóver que perteneció a López. Los perros no tuvieron ninguna reacción, lo cual era lógico considerando que pasaron cuatro años y medio de la desa-parición del testigo. De todos modos, los investigadores afirman que están obligados a usar todos los medios para encontrar o descartar por completo cualquier indicio. Para hoy están previstas las últimas excavaciones y podrían dar por culminado el procedimiento.
La ministra de Seguridad, Nilda Garré, declaró ayer que hay “mucha esperanza” en los resultados del rastrillaje y explicó que se está aplicando “un georradar que el gobierno nacional puso a disposición de los antropólogos forenses que trabajan en la búsqueda”. Por su parte, el ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanian opinó que se generaron “expectativas sin mucho fundamento”. Arslanian estaba en funciones cuando desapareció López y su gestión fue cuestionada por los organismos de derechos humanos de Justicia Ya!, querellantes en la causa.
Después de la supuesta pista, el operativo continuó con expertos del Equipo Argentino de Antropología Forense, pero no aparecieron restos humanos. El abogado que llevó el dato fue citado a declarar, pero hasta ayer no se había presentado.
Por Adriana Meyer
Cada matorral, cada pozo, cada cisterna de la estación Pereyra del ferrocarril Roca fue revisado y analizado con la mayor tecnología existente en Argentina para la búsqueda de restos humanos, tras una nueva pista según la cual habrían arrojado en ese sitio, ubicado en el Parque Pereyra Iraola, en La Plata, el cadáver del desaparecido testigo Jorge Julio López. Pero hasta ahora el resultado fue negativo. El dato fue aportado por un abogado que acudió al Ministerio de Seguridad bonaerense con los dichos de un supuesto cliente suyo, a cambio de la reserva de su identidad y de la recompensa de un millón y medio de pesos prevista para quien aporte datos que conduzcan al hallazgo de López. El abogado fue citado a declarar por la Unidad Fiscal Especial de Derechos Humanos, pero aún no se presentó.
El fiscal Hernán Schapiro había admitido que la información aportada “es escueta” y “no muy precisa”. Agregó que “en la causa López hubo muchas denuncias similares y con todas se acudió a verificar”. Todo comenzó el martes con el anuncio del ministro bonaerense de Seguridad, Ricardo Casal, de que había nuevos datos sobre López, y la simultánea presencia del abogado Alejandro Sánchez Kalberma-tten en algunos medios. La fiscalía busca ahora que tome estado judicial el acta con apenas unos renglones que llegó desde el ministerio al expediente por la desaparición del testigo clave del juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz, y por eso necesita entrevistar al supuesto testigo. Según Kalbermatten, su cliente se habría enterado “por casualidad” de que a López lo enterraron en una zona nueva de la estación Pereyra, a partir de una filtración de la “interna de la Policía Bonaerense”. Los investigadores le pedirán precisiones al denunciante, y para eso convocaron a Kalbermatten. Hasta ayer el letrado no se había presentado, aunque prometió hacerlo hoy.
El fiscal, que permaneció durante todas las jornadas del operativo en la estación Pereyra, convocó “para trabajar como auxiliares al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)” que “científicamente son las máximas autoridades en la materia”. La Aduana proveyó además un equipo que detecta partículas humanas en el terreno. Descartada la existencia en la estación de las reformas edilicias de las que habla el acta, se extendió el perímetro “más allá de lo que la denuncia con toda su imprecisión indicaba”. Luego de la tarea de desmalezamiento, y tras establecer una decena de marcas en las que los georradares habían detectado remoción de tierra, los expertos del EAAF hicieron la mayoría de las excavaciones pero no aparecieron huesos humanos, sólo caños, una viga, un pedazo de ladrillo y otros elementos similares. Además, los bomberos vaciaron los profundos pozos ciegos y tanques cisterna aledaños a la estación, de donde sólo sacaron agua sucia, ramas y basura. Y los perros adiestrados aportados por la Policía Federal, de la comisión López que depende de la Brigada Antisecuestros, recorrieron las vías y todo el resto del predio, luego de haber olisqueado un pulóver que perteneció a López. Los perros no tuvieron ninguna reacción, lo cual era lógico considerando que pasaron cuatro años y medio de la desa-parición del testigo. De todos modos, los investigadores afirman que están obligados a usar todos los medios para encontrar o descartar por completo cualquier indicio. Para hoy están previstas las últimas excavaciones y podrían dar por culminado el procedimiento.
La ministra de Seguridad, Nilda Garré, declaró ayer que hay “mucha esperanza” en los resultados del rastrillaje y explicó que se está aplicando “un georradar que el gobierno nacional puso a disposición de los antropólogos forenses que trabajan en la búsqueda”. Por su parte, el ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanian opinó que se generaron “expectativas sin mucho fundamento”. Arslanian estaba en funciones cuando desapareció López y su gestión fue cuestionada por los organismos de derechos humanos de Justicia Ya!, querellantes en la causa.
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