Un día de expectativas frustradas
El abogado que hizo la denuncia llevó a su cliente a la televisión, donde se presentó de espaldas. Dijo que no buscaron en el lugar que él señaló. Los investigadores y querellantes lo desmienten y critican que ninguno de los dos se presentara ante la Justicia.
Por Adriana Meyer
La esperanza abierta el martes con la aparición de una nueva pista en el caso de la desaparición del testigo Jorge Julio López quedó ayer clausurada sin éxito con el final de la búsqueda en la estación ferroviaria del Parque Pereyra Iraola. El dato, cuyo origen está bajo sospecha judicial, había sido recibido por el Ministerio de Seguridad y Justicia bonaerense de manos de un abogado, que a su vez lo difundió en los medios. Durante las 48 horas siguientes la fiscalía no logró que el letrado, Alejandro Sánchez Kalbermatten, se hiciera presente con su supuesta fuente –para quien había pedido la millonaria recompensa que ofrece el gobierno de la provincia– para plasmar esa información en el expediente judicial. Aunque dijo que su cliente temía que lo mataran, Página/12 pudo saber que rechazó el ingreso al programa de protección de testigos. Y anoche apareció en TV, con el informante de espaldas que afirmó: “Julio López está muerto y enterrado en esa estación de trenes”.
Rubén López, hijo del albañil desaparecido hace cuatro años tras declarar contra el genocida Miguel Etchecolatz, había implorado desde temprano: “La familia le pide que se presente a declarar”. El fiscal federal Carlos Dulau Dumm lo esperaba en la fiscalía, pero el poseedor del presunto dato clave no acudió allí, sino a los estudios de América 24.
En una entrevista grabada, con su abogado y el conductor Mauro Viale frente a sí, un joven que dijo llamarse Facundo dijo que a López lo secuestraron porque “tiene información que compromete al ex subjefe de la Policía Bonaerense, el señor Etchecolatz, quien habría torturado y asesinado a personas en los campos clandestinos”. Y aseguró que obtuvo este dato de una persona de su confianza, que a su vez lo supo “de alguien con un cargo considerable, según información extraída de las internas bonaerenses, que deja en claro que está muerto y enterrado bajo la infraestructura de la estación Pereyra Iraola del tren”. El animador hizo algunas de las preguntas que hubiera pretendido hacerle el fiscal federal Hernán Shapiro. Cuando el tal Facundo mencionó por tercera vez la “infraestructura de la estación”, Viale preguntó: “¿No están buscando ahí?”. La respuesta la dio el abogado Kalbermatten: “Todavía no”.
Según explicaron fuentes de la investigación, los dos georradares recorrieron “palmo a palmo” la estación, incluso las paredes. “Desconocen que donde más se buscó es en la infraestructura”, comentaron tras saber los dichos del “testigo de identidad reservada”. Los querellantes de Justicia Ya! anticiparon que piensan exigir que ambos den explicaciones a la Justicia. “Dijo que no fue a declarar por miedo, pero va a un canal de televisión sin miedo a que lo esperen en la puerta, es absurdo”, dijo la abogada Guadalupe Godoy..
Luego de tres intensas jornadas, ayer terminaron los rastrillajes y excavaciones. “Atento a la difusión pública que ha tomado la presente diligencia, la Unidad Fiscal comunica que concluyó con los trabajos de búsqueda que se inició por una denuncia recibida por el Ministerio de Seguridad y remitida a esta unidad fiscal, con resultado negativo”, dijeron los fiscales. Además destacaron que se actuó con “los medios humanos y materiales más calificados, el inestimable apoyo del Equipo de Antropología Forense, la PSA, la Federal, la Aduana y el Ministerio de Seguridad nacional”.
“El gobierno de la provincia tiene que hacerse cargo de esto y con la misma celeridad que lo anunciaron pedir disculpas por las expectativas generadas”, declaró Godoy. Rubén López expresó su desacuerdo sobre “cómo se manejó todo esto”, aunque destacó “el grado de profesionalismo con que se trabajó buscando a mi padre”. Por su parte, Nilda Eloy, como López, testigo en la causa contra Etchecolatz, concluyó que “el testimonio fue falso”. Y agregó: “Una siempre tiene expectativas de que aparezca Julio, pero no se puede dejar de sospechar por la forma de presentación de la denuncia, con un abogado hablando en la prensa, con el aval del Ministerio de Justicia y Seguridad, e incluso del gobernador sin que cumpla el cauce normal de cualquier denuncia, que es plantearla ante la Justicia”.
El abogado que hizo la denuncia llevó a su cliente a la televisión, donde se presentó de espaldas. Dijo que no buscaron en el lugar que él señaló. Los investigadores y querellantes lo desmienten y critican que ninguno de los dos se presentara ante la Justicia.
Por Adriana Meyer
La esperanza abierta el martes con la aparición de una nueva pista en el caso de la desaparición del testigo Jorge Julio López quedó ayer clausurada sin éxito con el final de la búsqueda en la estación ferroviaria del Parque Pereyra Iraola. El dato, cuyo origen está bajo sospecha judicial, había sido recibido por el Ministerio de Seguridad y Justicia bonaerense de manos de un abogado, que a su vez lo difundió en los medios. Durante las 48 horas siguientes la fiscalía no logró que el letrado, Alejandro Sánchez Kalbermatten, se hiciera presente con su supuesta fuente –para quien había pedido la millonaria recompensa que ofrece el gobierno de la provincia– para plasmar esa información en el expediente judicial. Aunque dijo que su cliente temía que lo mataran, Página/12 pudo saber que rechazó el ingreso al programa de protección de testigos. Y anoche apareció en TV, con el informante de espaldas que afirmó: “Julio López está muerto y enterrado en esa estación de trenes”.
Rubén López, hijo del albañil desaparecido hace cuatro años tras declarar contra el genocida Miguel Etchecolatz, había implorado desde temprano: “La familia le pide que se presente a declarar”. El fiscal federal Carlos Dulau Dumm lo esperaba en la fiscalía, pero el poseedor del presunto dato clave no acudió allí, sino a los estudios de América 24.
En una entrevista grabada, con su abogado y el conductor Mauro Viale frente a sí, un joven que dijo llamarse Facundo dijo que a López lo secuestraron porque “tiene información que compromete al ex subjefe de la Policía Bonaerense, el señor Etchecolatz, quien habría torturado y asesinado a personas en los campos clandestinos”. Y aseguró que obtuvo este dato de una persona de su confianza, que a su vez lo supo “de alguien con un cargo considerable, según información extraída de las internas bonaerenses, que deja en claro que está muerto y enterrado bajo la infraestructura de la estación Pereyra Iraola del tren”. El animador hizo algunas de las preguntas que hubiera pretendido hacerle el fiscal federal Hernán Shapiro. Cuando el tal Facundo mencionó por tercera vez la “infraestructura de la estación”, Viale preguntó: “¿No están buscando ahí?”. La respuesta la dio el abogado Kalbermatten: “Todavía no”.
Según explicaron fuentes de la investigación, los dos georradares recorrieron “palmo a palmo” la estación, incluso las paredes. “Desconocen que donde más se buscó es en la infraestructura”, comentaron tras saber los dichos del “testigo de identidad reservada”. Los querellantes de Justicia Ya! anticiparon que piensan exigir que ambos den explicaciones a la Justicia. “Dijo que no fue a declarar por miedo, pero va a un canal de televisión sin miedo a que lo esperen en la puerta, es absurdo”, dijo la abogada Guadalupe Godoy..
Luego de tres intensas jornadas, ayer terminaron los rastrillajes y excavaciones. “Atento a la difusión pública que ha tomado la presente diligencia, la Unidad Fiscal comunica que concluyó con los trabajos de búsqueda que se inició por una denuncia recibida por el Ministerio de Seguridad y remitida a esta unidad fiscal, con resultado negativo”, dijeron los fiscales. Además destacaron que se actuó con “los medios humanos y materiales más calificados, el inestimable apoyo del Equipo de Antropología Forense, la PSA, la Federal, la Aduana y el Ministerio de Seguridad nacional”.
“El gobierno de la provincia tiene que hacerse cargo de esto y con la misma celeridad que lo anunciaron pedir disculpas por las expectativas generadas”, declaró Godoy. Rubén López expresó su desacuerdo sobre “cómo se manejó todo esto”, aunque destacó “el grado de profesionalismo con que se trabajó buscando a mi padre”. Por su parte, Nilda Eloy, como López, testigo en la causa contra Etchecolatz, concluyó que “el testimonio fue falso”. Y agregó: “Una siempre tiene expectativas de que aparezca Julio, pero no se puede dejar de sospechar por la forma de presentación de la denuncia, con un abogado hablando en la prensa, con el aval del Ministerio de Justicia y Seguridad, e incluso del gobernador sin que cumpla el cauce normal de cualquier denuncia, que es plantearla ante la Justicia”.
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